Tipos de amortiguadores para coches

Estas piezas juegan papel de gran importancia en lo que respecta a la seguridad durante la conducción.

Los amortiguadores son una pieza esencial durante la conducción. Estos no solamente garantizan la comodidad de los ocupantes del habitáculo, sino que también llevan a cabo un papel de gran importancia en lo que respecta a la seguridad durante la conducción. Por este motivo, asegurarse de que estos componentes se encuentran en buen estado, y sustituirlos cuando no es así, resulta de vital importancia para todos los propietarios de coches.

Como ya hemos mencionado, basándonos en la información sobre amortiguadores de coche en recambioscoche.es los amortiguadores son uno de los componentes más importantes del sistema de suspensión junto con los resortes. Su función es la de amortiguar los impactos producidos por los desperfectos en la carretera. También aportan estabilidad al vehículo tanto en los terrenos más desnivelados como en las curvas, ayudando a mantener las ruedas en contacto con el suelo y garantizando un buen agarre de los neumáticos. Además, la distancia de frenado se ve considerablemente afectada en caso de que los amortiguadores no se encuentren en buen estado.

Existe una amplia gama de amortiguadores para coche en el mercado. Cada tipo tiene unas características que vamos a describir a continuación. Elegir los amortiguadores más adecuados a nuestras necesidades es necesario con tal de garantizar la comodidad y la seguridad en nuestro vehículo.

Empecemos por los amortiguadores hidráulicos. Este tipo de amortiguadores tienen un funcionamiento muy sencillo y su eficacia se ve aumentada al incrementar la presión. Están formados por un cilindro que dispone de un pistón por el cual se abre paso el aceite. Los modelos hidráulicos cuentan con la gran ventaja de que no requieren mantenimiento. Dentro de los modelos hidráulicos es posible encontrar, también, los amortiguadores hidráulicos con válvulas, los cuales aportan una suavidad mayor durante la conducción y cuya eficiencia es superior a la de los amortiguadores hidráulicos más sencillos. En este caso los pistones se ven sustituidos por válvulas que tienen la misma función, hacer pasar al aceite cuando se produce la presión.

Los amortiguadores más comunes son los amortiguadores de doble tubo. En este tipo de amortiguadores se encuentran una cámara mayor, otra menor, un pistón, un cilindro y una válvula, la cual está situada entre las cámaras. En este caso el aceite pasa por el cilindro gracias al pistón en la cámara mayor y gracias a la válvula en la cámara menor.

Por otro lado, se pueden encontrar los amortiguadores monotubo. Estos disponen de una cámara de gas y otra de aceite. En este caso, la presión producida sobre el pistón hace que las dimensiones de las cámaras varíen.

Otro tipo de amortiguadores son los amortiguadores regulables en dureza. Estos permiten adaptarse de manera más flexible a las necesidades de cada conductor, ya que es posible  cambiar el tamaño del agujero por el que pasa el aceite. Otros amortiguadores regulables son los amortiguadores regulables en suspensión, los cuales, a diferencia de los anteriores, lo que permiten regular es la distancia entre el suelo y la carrocería del coche.

También es posible encontrar amortiguadores de frecuencia selectiva, los cuales son capaces de endurecer la suspensión mediante el funcionamiento de una válvula que se cierra cuando recibe presión. Esta válvula es la encargada de separar los dos conductos que se encuentran dentro del pistón.

La vida útil de un amortiguador de coche depende en gran medida del tipo de uso que se le ha dado, no es lo mismo conducir siempre por carretera que hacerlo por caminos no asfaltados. Es por esta razón que se recomienda revisar su estado una vez al año o cada 20 000 kilómetros recorridos. Sin embargo, por lo general es necesario sustituir los amortiguadores de coche a partir de los 60 000 kilómetros recorridos sin llegar a los 90 000. En caso de que el vehículo se utilice en un ambiente más agresivo para el amortiguador, este debe ser sustituido entre los 40 000 y los 50 000 kilómetros recorridos.