La Junta de Andalucテュa ha iniciado el procedimiento para declarar Bien de Interテゥs Cultura (BIC), con la tipologテュa de Zona Arqueolテウgica, a la Cueva del テ]gel de Lucena tras el informe favorable de Comisiテウn Provincial de Patrimonio, presidida por la delegada territorial de Cultura y Patrimonio Histテウrico, Cristina Casanueva.
Los valores patrimoniales de la Cueva, sobre todo los de carテ。cter arqueolテウgico y paleontolテウgicos, estテ。n ampliamente reconocidos por la comunidad cientテュfica con numerosas publicaciones donde se expone la importancia de la misma para conocer las primeras evidencias de la presencia humana en la suroeste de Europa en momentos muy antiguos de la Prehistoria. Tambiテゥn es aceptada la relevancia de la cueva por la ciudadanテュa, por lo que la Junta de Andalucテュa ha iniciado el procedimiento para declarar BIC a la Cueva del テ]gel con el fin de protegerla.
La Cueva del テ]gel sufriテウ la acciテウn minera en busca de una variedad de travertino, tambiテゥn denominado 窶徇テ。rmol de aguas窶 o 窶彷alsa テ。gata窶, en el siglo XVIII. Lo que queda de dicha actividad es la presencia de huellas de barrenado. Durante mucho tiempo el yacimiento estuvo sometido a expoliaciones por parte de coleccionistas de fテウsiles y de artefactos lテュticos, de tal modo que en los テ。mbitos arqueolテウgicos el yacimiento era sobradamente conocido. No obstante, la apariencia de destrucciテウn completa que presentaba la cueva hizo que ningテコn arqueテウlogo o grupo de investigaciテウn mostrasen interテゥs en la misma.
En 1995, Cecilio Barroso y Daniel Botella, ante el desinterテゥs que existテュa sobre el yacimiento, las destrucciones sufridas y creyendo que era posible detectar niveles no alterados por la acciテウn de los clandestinos, plantearon la realizaciテウn de una actuaciテウn de urgencia en el mismo.
Desde un punto de vista estrictamente geolテウgico, la Cueva del テ]gel encaja en un banco de calizas dolomテュticas claras, grises o blancas. Presenta tres espacios claramente identificables: El primero corresponde a una plataforma al aire libre de unos 300 mツイ, vestigio de una cueva anterior. Al NE de esta plataforma aparece el segundo espacio, denominado la covacha, y que corresponde a una pequeテアa cavidad de unos 18 metros de longitud por 3 de anchura que con toda probabilidad es el テコnico vestigio de la cavidad primigenia. Esta galerテュa presenta bloques de derrumbe y un fuerte desnivel. Y por テコltimo, bajo el suelo de esta cavidad se desarrolla una sima vertical de unos 100 metros de profundidad en cuya base se ha formado un cono de derrubio de unos 70 metros de altura, compuesto por la caテュda de bloques, clastos, arcillas, huesos y multitud de restos de industria lテュtica.
Desde 1995 las excavaciones arqueolテウgicas en la Cueva del テ]gel se han desarrollado dentro de una amplia colaboraciテウn interdisciplinar. Las dataciones sitテコan la formaciテウn de los travertinos en edades entre los 369.000 aテアos BP (Before Present) y los 400.000 aテアos BP. Los trabajos de limpieza llevados a cabo en la cavidad durante las テコltimas campaテアas de excavaciテウn, llevaron a descubrir un perfil estratigrテ。fico con presencia de industria lテュtica y restos テウseos animales que apunta a una antigテシedad en torno a los 500.000 aテアos. Estas dataciones sitテコan el yacimiento de la Cueva del テ]gel en un contexto del Pleistoceno Medio y Superior.
Los resultados del Proyecto General de Investigaciテウn llevado a cabo entre el 2005 y 2011 son muy importantes para profundizar el conocimiento de las formas de vida y de supervivencia de los pre-neandertales (Homo Heidelbergensis) en el panorama del Pleistoceno Medio y Superior de la Penテュnsula Ibテゥrica y de Andalucテュa. El estudio realizado sobre los restos de fauna recuperados en los sedimentos apunta a un aprovechamiento intensivo del yacimiento a lo largo de su ocupaciテウn. Desde el descubrimiento de la cueva del テ]gel en 1995, se han recuperado mテ。s de 120.000 restos テウseos de animales, la mayor parte de ellos, herbテュvoros pero tambiテゥn carnテュvoros.
Esta acumulaciテウn faunテュstica en la cueva, por un lado aporta valiosa informaciテウn de tipo paleoclimテ。tico y paleopaisajテュstica, y por otra refleja la acciテウn depredadora humana. De hecho, una importante caracterテュstica del conjunto de huesos de herbテュvoros es la existencia de una significativa fragmentaciテウn de los mismos para la extracciテウn de mテゥdula テウsea, mostrando ademテ。s un considerable nテコmero de marcas de corte y estrテュas, y elementos quemados. Considerando la dataciテウn referida, estarテュamos ante una de las mテ。s antiguas evidencias del uso del fuego por parte de la humanidad durante la Prehistoria.
Tambiテゥn se han encontrado mテ。s de 80.000 herramientas lテュticas, y hay que destacar la ausencia de unidades estテゥriles en las secuencias estratigrテ。ficas, lo que indicarテュa un proceso continuo de ocupaciテウn del sitio por los seres humanos. El conjunto estテ。 relativamente bien conservado.
Las piezas lテュticas que configuran las distintas unidades estratigrテ。ficas impiden por el momento una adscripciテウn neta a conjuntos culturales. Segテコn las investigaciones llevadas a cabo, no parece existir una discontinuidad tecnolテウgica ni tipolテウgica entre las industrias principales -achelense y musteriense- de la Cueva del テ]gel, sino mテ。s bien una evoluciテウn muy lenta en el テ。mbito tipolテウgico y en las dimensiones de los artefactos.
Hay, igualmente, restos vegetales, como cereales, aceitunas de acebuche y guisantes salvajes, todos ellos con una cronologテュa de 300.000 aテアos. Estos hallazgos, oportunamente corroborados por los resultados de la dataciテウn absoluta, revolucionarテュan las referencia cronolテウgicas relativas al consumo de semillas comestibles por parte de humanos primitivos que, hasta el momento se estima para periodos cronolテウgicos de entre 20.000 y 100.000 aテアos de antigテシedad.
Tambiテゥn se han documentado restos テウseo humanos, correspondientes a los テコltimos momentos de ocupaciテウn, en el fondo de la sima del テ]gel, arrojados a la citada cavidad entre el Neolテュtico y el Calcolテュtico y que pertenecerテュan, al menos, a 50 individuos. Esta prテ。ctica lleva al equipo a la conclusiテウn de que la cueva se convierte en una enorme cテ。mara mortuoria. El estudio de los fragmentos de huesos muestra que en muchos de ellos aparecen marcas de corte e indicios de que fueron quemados de forma intencionada. Los restos pertenecen a individuos del Neolテュtico, lo que indicarテュa la prテ。ctica de algテコn tipo de ritual que implicaba ademテ。s, el descarnamiento de los cuerpos, descartテ。ndose segテコn los primeros anテ。lisis, un 窶徘osible canibalismo".
Otros restos, pertenecientes al Calcolテュtico, no presentan marcas de corte ni indicios quemadura. Los cuerpos fueron depositados en la covacha que actuテウ a modo de cテ。mara dolmテゥnica, y es probable que la acumulaciテウn de restos humanos propiciara la prテ。ctica de arrojarlos a la sima a modo de osario.