La semana pasada tuvo lugar la firma del documento de cesión de uso de la Torre del Espartal al Ayuntamiento de Priego de Córdoba por parte de su propietario, José Antonio Mérida Luque. Esta atalaya medieval, que sufrió un grave derrumbe de parte de su estructura en 2016, forma parte de un extraordinario conjunto de fortificaciones medievales rurales localizadas en el término municipal, que contaba con quince torres atalayas (de las que de tres no quedan restos emergentes de ningún tipo) y tres fortificaciones más complejas: el castillejo de Barcas, el Jardín del Moro (castillo de Tiñosa) y Sierra Leones.
De manera inmediata se va a encargar la redacción de un proyecto básico y de ejecución que garantice su conservación futura, y que cuantificará la inversión necesaria para ello, que después de la cesión de uso podrá proceder de fondos públicos.
Se espera que esta sea la primera de una cadena de actuaciones que, siguiendo la misma fórmula de cesión, permita rescatar este importante patrimonio edificado de su continua degradación y abandono.
Con esta iniciativa se atiende también una de las reivindicaciones históricas de numerosos colectivos que desde hace años vienen manifestando públicamente su preocupación por el mal estado de las torres atalayas prieguenses y la inacción efectiva sobre las mismas, tanto del ámbito privado (los propietarios son los responsables legales de su conservación) como público.
