PInPO permitirá iniciar un proyecto de investigación en el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica

El Hospital Reina Sofía desarrolla un novedoso programa de intervención con familias para luchar contra la obesidad infantil

El objetivo es lograr la pérdida de peso mantenida trabajando en sesiones grupales con familiares y niños, así como evaluar los datos que se vayan consiguiendo 

El Hospital Universitario Reina Sofía desarrolla un novedoso programa de intervención con familias para luchar contra la obesidad infantil. Esta iniciativa, denominada PInPO (Program Intervention in Pediatric Obesity), tiene como objetivo que los participantes desarrollen hábitos de vida saludables y esto les permita perder peso de forma progresiva.  

La delegada de Salud y Familias, María Jesús Botella, la directora gerente del hospital, Valle García, el director científico del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC), Justo P. Castaño, el director de la Unidad de Pediatría, Juan Luis Pérez, y la pediatra y responsable del proyecto, Mercedes Gil-Campos, han presentado esta mañana la iniciativa que consiste en el desarrollo de intervenciones grupales de una hora con niños con obesidad en edades comprendidas entre los 6 y los 12 años y, a la vez, sesiones grupales con sus padres y madres por otro lado. El programa se desarrollará durante nueve encuentros, en los que los grupos de niños, por un lado, y de padres, por otro, irán conociendo y comprometiéndose a retos diarios en hábitos de alimentación, actividad física y salud. 

Además, PInPO permitirá iniciar un proyecto de investigación en el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica (IMIBIC) a través del que se evaluarán los resultados que se vayan consiguiendo en el pre y post tratamiento y determinar el efecto final de la intervención. Este análisis permitirá introducir las mejoras pertinentes en futuras ediciones. Precisamente en esta línea, la delegada de Salud y Familias, María Jesús Botella, ha querido destacar “el compromiso de la Junta de Andalucía en seguir mejorando la calidad de vida de las familias, en este caso a través de este programa que se basa en la implicación de todos sus miembros, en el fomento de la motivación y de la concienciación para luchar contra esta enfermedad que, además de los aspectos puramente clínicos, también afecta a su felicidad. Por tanto, desde aquí animo a las familias a que se impliquen, participen y cumplan los retos que van a tener que ir adquiriendo semanalmente, para conseguir el objetivo”. En esta línea, la delegada también ha felicitado a todos los profesionales que han hecho posible este programa “que tiene una doble vertiente, asistencial e investigadora, lo que nos va a permitir seguir mejorando resultados”. 

La estrategia que se desarrolla a través de PInPO se basa en conseguir mayor motivación de los participantes hacia el cambio, mejorar la adherencia a hábitos alimentarios saludables, aumentar la actividad física y disminuir el sedentarismo. Para ello, según explica la directora gerente del hospital, Valle García, “nuestros profesionales han diseñado esta iniciativa que planifica la intervención en función a las necesidades de cada persona, intentado conseguir mayor motivación para la pérdida de peso, y que ésta pueda mantenerse en el tiempo, evitando las posibles recaídas y complicaciones a largo plazo”. Los profesionales del hospital llevan casi dos años trabajando en el diseño de este proyecto en el que participan unos 15 especialistas de diferentes disciplinas, destacando enfermeras, pediatras e investigadores clínicos de las áreas de nutrición y actividad física.

PInPO

Aunque no existe una solución definitiva frente a esta enfermedad, este programa se presenta como una novedad que puede ayudar a mitigar los preocupantes datos sobre el desarrollo de obesidad infantil en nuestra comunidad. En este sentido, el responsable del servicio de Pediatría, Juan Luis Pérez, ha señalado que “PInPO se presenta como un programa específico contra la obesidad infantil que integra actuaciones que han sido efectivas en otros programas y que cuenta con la experiencia clínica e investigadora de las profesionales que lo impulsan”.

Los niños y niñas que participarán serán seleccionados por las pediatras y enfermeras implicadas, ya que según explica la pediatra Mercedes Gil-Campos “necesitamos trabajar con personas convencidas, con deseos de comprometerse y abordar este problema de salud desde la motivación real y desde el estudio de los factores que intervienen en su vida diaria para, entre todos, modificarlos en sentido positivo”.

Además del diseño del programa, las profesionales del hospital, con la colaboración de COVAP, han elaborado el material con el que trabajarán los padres, madres y los niños y niñas. A través de estos cuadernillos, los participantes conocerán a Mario, Luis y Gema, tres personajes que irán acompañando en las diferentes etapas del proceso a los niños y niñas en esta primera edición del programa. 

Los resultados de esta primera edición servirán para seguir avanzando en la lucha contra esta enfermedad. Así, según ha explicado la pediatra y responsable del proyecto, Mercedes Gil-Campos, “PInPO es un programa asistencial y se prevé que sea también una fuente de investigación clínica, ya que los datos que obtendremos de su desarrollo nos permitirán evaluar la efectividad de este tratamiento y realizar propuestas de mejora o diseños más específicos para diferentes áreas de intervención, así como cambios en el proceso de seguimiento para conseguir motivación, adherencia a hábitos de vida y evitar recaídas, consiguiendo una transferencia real de conocimiento”.

Materiales

En las sesiones, los participantes trabajarán con unos cuadernillos en los que Mario, un niño de 8 años es el personaje protagonista. A lo largo de nueve capítulos, este niño va contando cómo es su día a día, sus miedos, preocupaciones y cómo va cambiando y mejorando su autoestima gracias a sus amigos (Luis y Gema), familiares y a la incorporación de sencillos cambios.

Los materiales han sido diseñados por profesionales del hospital, basándose en la evidencia científica disponible sobre el tema, y también han sido revisados por profesionales de Educación que han evaluado la adecuación del contenido a la edad de los pacientes que trabajarán con ellos. La investigadora Katherine Flores explica que “a través de los cuadernillos analizamos los hábitos familiares y planteamos actividades o pequeños retos que fomenten el desayuno, la realización de cinco comidas, la práctica de actividad física, el conocimiento sobre las propiedades de los alimentos o la reflexión sobre la imagen corporal o la autoestima”. Este tipo de iniciativas, añade, “permiten trabajar hacia una medicina más personalizada, buscando los aspectos que mejor pueden incidir en la terapia sobre el individuo y destacando aquellos que han sido más efectivos en cada uno de los pacientes. Además, el hecho de estar en un grupo y compartir las mismas vivencias puede suponer también una fortaleza añadida”.

Obesidad infantil

La obesidad es una de las enfermedades con mayor prevalencia en países desarrollados y tiene efectos importantes para la salud a corto, medio y largo plazo. Según señala Mercedes Gil-Campos “supone uno de los grandes retos de la sanidad actual al no existir terapias eficaces, sobre todo a medio y largo plazo, para reducir el exceso de peso y las complicaciones metabólicas que ya están presentes en los niños obesos”. En la infancia, además, no hay tratamientos coadyuvantes permitidos como fármacos o cirugía bariátrica. La mayor parte de las intervenciones asistenciales son muy generales y van dirigidas a disminuir la ingesta y a fomentar la actividad física sin valorar aspectos como la motivación, los factores individuales o los aspectos psicológicos. 

En el Hospital Reina Sofía, los menores con esta situación suelen ser atendidos por dos profesionales de la unidad de Endocrinología Pediátrica. Concretamente, en estas consultas se atienden a una media anual de 50 pacientes nuevos, menores de 14 años, con diagnóstico de obesidad. En total, en estos momentos hay en seguimiento unos 375 niños y la gran mayoría presenta hábitos poco saludables que se evidencian en la primera entrevista. 

Estos malos hábitos suelen estar relacionados con la excesiva ingesta de calorías o con el sedentarismo y, en el menor de los casos, con patologías hormonales asociadas. Como consecuencia, en muchos casos, se presentan también dificultades psicosociales que se acaban convirtiendo en un círculo de frustración que contribuye a cronificar la enfermedad.

Los pacientes suelen presentar un grado de obesidad significativa y padecen también alguna comorbilidad. De forma general, los pacientes llegan a la consulta a partir de los 8 o 9 años y en su evolución previa se detecta un empeoramiento progresivo con la edad, llegando a los casos más severos en la adolescencia.